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Los Tronos de la Cofradía

Los tronos de la Cofradía son obras artísticas de un valor excepcional y, sin embargo, con frecuencia pasan desapercibidas entre los espectadores. El valor del trono podría interpretarse como intersección entre lo humano del nazareno-estante que soporta su peso con esfuerzo y penitencia, y lo divino, en la representación del Hijo de Dios en la tierra. Es, igualmente, ese lazo de unión, un bello soporte dorado donde descansa la Pasión, al tiempo que se desliza y balancea sobre el nazareno que con orgullo apoya su hombro en la almohadilla azul atada a varas y tarima.

Durante siglos, los tronos eran simples estructuras de madera, con la intención de no restarle importancia a las escenas y derivarlas a su función de poder soportar su peso y cargarlas adecuadamente. Y no es hasta mediados del siglo XIX cuando cobran importancia en las Cofradías españolas, y surge en la ciudad el estilo de trono al que nos hemos acostumbrado, incorporando un amplio abanico de ornamentos florales, escocias, cornucopias, relieves, escudos, estípites, metopas, atributos e instrumentos de martirio de la Pasión y Muerte de Jesús, que cubiertos por un manto dorado de pan de oro o de plata corlada, continúan con la armonía del estilo generalmente barroco que define la Semana Santa murciana.

El primer trono realizado en Murcia con estas características y que marcó un hito fue el de la Samaritana, realizado por el tallista Don Antonio López Chacón, con candelabros y de estilo Luis XV, y así comenzaron las Cofradías murcianas a renovar sus peanas por nuevos tronos del mismo maestro López Chacón o Cantabella, entre otros magníficos tallistas.

En su origen, toda la iluminación era a base de cera en los candelabros y las numerosas bombas de los tronos, lo cual contribuia a crear una atmósfera enigmática, divina y celestial. Además, la cera se ha considerado simbólica, si tenemos en consideración el versículo de San Juan sobre Cristo que dice: "Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará entre tinieblas, sino que tendrá luz en la vida". De esta manera desde aquel 1886 hasta la actualidad, los tallistas y doradores han contribuido con sus tronos a dignificar el arte de la talla en las Cofradías. Y más concretamente, la Cofradía posee ocho tronos de distintos autores, fechas y estilos que marcan una evolución pero con el tipismo tan característico que nos identifica.



Trono del Ángel de la Pasión

Adquirido por la Cofradía para la celebración de la festividad del patrón de la Parroquia, San Nicolás de Barí, es obra de Don Manuel Ángel Lorente Montoya, quién lo talla en madera y lo dora con plata a la corla en el año 1998. Sus dimensiones son 1'80 x 2'50 x 0’50 metros, y el trono puede ser cargado por 22 nazarenos-estantes.

El trono es de estilo barroco y de planta rectangular estando formado por dos plantas, una de varas y otra artística en forma escocía; destacan en el centro de cada frente cuatro relieves con los diversos atributos relativos al Santo Obispo, Nicolás de Barí, enmarcados por con diferentes tallas de motivos fantasiosos.



Trono de la Sagrada Flagelación

El trono es obra de Don Manuel Ángel Lorente Montoya, quién lo talla en madera y lo dora con plata a la corla en el año 1994. Sus dimensiones son 2’15 x 3’63 x 0’75 metros, y las plazas para poder cargar el paso serían fijadas para 36 nazarenos.

El dibujo del boceto fue confeccionado por su padre y maestro ya fallecido, Don Juan Lorente Sánchez, quien consiguió ser en vida el más consagrado tallista murcianos de tronos. Dicho boceto fue dividido en dos partes, correspondiendo cada una de ellas a un diseño distintos; decidiéndose por el izquierdo, entre la Junta de la Cofradía y totalidad de estantes.

El trono es de estilo barroco y de planta rectangular, y queda distribuido en dos cuerpos; una tarima de varas enmarcada por dos molduras inferior y superior, con grabación en brillo y mate sobre el dorado. Otro segundo cuerpo, cuya peana es la principal, guarda la mayor riqueza artística, compuesta por cuatro esquinas dónde figuran frontones trucados terminados en volutas y coronadas con capiteles jónicos. En el centro de cada uno de los cuatro frontales, un escudo tallado en relieve presenta diversos motivos alusivos a los trágicos episodios de la flagelación como el escudo delantero de la Venerable Cofradía del Stmo. Cristo del Amparo y María Stma. de los Dolores; el escudo posterior, con las inconfundibles siglas “JHS”; mientras el escudo del frontón derecho, representa simbólicamente los dados con los que fueron echadas a suertes las vestimentas de Jesucristo.

Con motivo del X aniversario, el 2 de abril, el trono fue ampliado con el propósito de poder agrandar el espacio destinado a la composición escultórica, logrando un conjunto más armonioso y proporcionado, siendo conducido actualmente por 36 nazarenos-estantes.



Trono Jesús ante Pilato

El trono tallado y dorado en estilo barroco, fue realizado en 1991 por el tallista murciano Don Juan Cascales Martínez.

De planta rectangular, con unas dimensiones de 1’88 x 3 x 0’60 metros, el peso aproximado del trono es de 950 kilos; este cuenta con dos cuerpos, una tarima inferior destinada a las varas y delimitada por un par de molduras, y un cuerpo artístico superior, en el que destacan cuatro relieves enmarcados por pan de castilla, con el escudo de la Cofradía repetido en todos los frentes, y con diferentes tallas de motivos fantasiosos. En las esquinas cuatro candelabros de nueve luces iluminan el paso que va portado a hombros por 34 nazarenos-estantes.



Trono de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder

Los hermanos Noguera recibieron el encargo de su realización en el año 2006, para ser estrenado en la procesión de la Cofradía del Amparo.

En estilo barroco, tallado y dorado con plata corlada, sus medidas ascienden a 1’96 x 3 metros, y de planta rectangular que se distribuye en dos tarimas; la de varas y otra artística con molduras y motivos vegetales muy elaborados, junto a cuatro escudos centrados en los frontales alusivos a la insignia de la Cofradía. Es portado por 34 nazarenos-estantes.



Trono del Encuentro de Jesús camino del Calvario

Adquirido a la Cofradía del Santísimo Cristo de la Esperanza, pertenecía al paso del Arrepentimiento y Perdón a María Magdalena, con el que desfilaba con anterioridad en la tarde noche de Domingo de Ramos.

Fue restaurado y reformado por el gran tallista murciano, Don Manuel Ángel Lorente Montoya, otorgándole un estilo barroco.

Conducido por 36 nazarenos estantes, este trono es de planta rectangular, con unas dimensiones de 2’05 x 3’58 x 0’66 metros y un peso aproximado de 1.430 kilos; y con dos tarimas, una de varas totalmente nueva realizada por Lorente Montoya, y la  tarima artística donde se conservan las tallas originales del trono aunque se enriquecieron con cuatro escudos alegóricos derivados en fragmentos de talla, ampliando el artista el volumen en catorce centimetros y concediendo un mayor tamaño a todas las tallas.

Los escudos están todos enmarcados en una especie de pergaminos, siendo los de la en la parte delantera y trasera los que contienen el escudo de la Cofradía, y las de las tarimas laterales las que contienen las siglas JHS, ya existentes con anterioridad.



Trono de San Juan Evangelista

Fue ejecutado por Don Manuel Ángel Lorente Montoya, en 2001. Tallado en  madera con plata corlada, es de planta rectangular, con unas medidas de 2 x 3’30 x 0’60 metros; dividido en una peana inferior de varas, que cuenta con cuatro esquinas con cabezas de águila que sujetan la peana superior, donde se coloca la imagen. En la peana inferior se ubican los candelabros de luz del paso, compuestos por siete puntos. En los laterales, volutas con tallas barrocas consiguen un volumen de unos catorce centímetros.

El paso es llevado a hombros por 34 nazarenos-estantes.

Ubicados entre las esquinas y arrancando desde la peana inferior, existen dos fragmentos de talla con el escudo de la Cofradía. En la parte inferior de la peana superior o artesonado también tiene tallado el escudo de asociación penitencial. Más tarde, fue reformada la peana superior para reducirla, debido a que se anuló el proyecto original que incluía una imagen adicional de María Magdalena.



Trono de  María Santísima de los Dolores

De planta rectangular, tallada y dorada a la plata corlada, sus dimensiones oscilan entre los 2’10 x 3 x 0’74 metros, y su peso asciende a los 750 Kilos aproximadamente. La obra es creación del tallista murciano, Don Juan Cascales Martínez en el año 1986.

Compuesto de tres tarimas en madera de pino; la primera es la correspondiente a las varas de madera con capacidad para cuatro; una segunda tarima es la artística en forma de escocia con cuatro escudos, el de la ciudad de Murcia en parte delantera y trasera del trono, y el escudo de la propia familia Cerezo por ser los donantes de la obra en las tarimas derecha e izquierda, estando envueltos por motivos de tallas de fantasía y enmarcados en pan de castilla; mientras la última peana, también en forma de escocia, es donde reposa la imagen de Nuestra Señora de los Dolores.

Tanto el trono como la restauración de la imagen, fueron donación de Don Alfonso López Cerezo y Doña María Dolores Ruiz Jiménez. Es portado sobre los hombros por 34 nazarenos-estantes.



Trono del Santísimo Cristo del Amparo

En estilo barroco, tallado en madera y dorado con plata corlada, su autor es Don  Juan Cascales Martínez.

De dimensiones que alcanzan los 2’10 x 3 x 0’74 metros, y un peso valorado en 650 Kilos; la planta rectangular queda dividida en dos tarimas; una de varas con capacidad para cuatro; y otra artística en forma de escocia con esquinas donde se desarrollan en la parte superior e inferior cuatro candelabros con nueve puntos de luz, y aparecen centrados cuatro escudos, con la ciudad de Murcia en la parte anterior y posterior, mientras que en ambos laterales se repite el escudo de la Cofradía.

El soporte superior donde va colocada la imagen titular es un monte realizado en corcho que la eleva, emulando al mismo tiempo el Calvario. Es portado por 32 nazarenos-estantes.